martes, 29 de noviembre de 2011

LA ULTIMA TIRADA DEL TAROT

Aquella era la tercera ocasión en la noche que las cartas del Tarot le mostraban a Mery un futuro poco promisorio en la vida de Ulises.
-       ¿Quieres que tire las cartas de nuevo? – Preguntó la mujer
-        Sí, una vez más – porfió el hombre con un aliento desconsolado.


Luego de barajear los naipes por cuarta vez y tirarlos sobre la mesa, aparecieron de nuevo la muerte, la torre, el diablo y el colgado, formando una hilera que desencadenaba en espantosos augurios. La correcta interpretación del tarot pronosticaba un futuro trágico en la vida de Ulises Alarcón, un próspero empresario constructor que llevaba varios años consultándose el futuro con Mery y visitando esporádicamente brujos y pitonisas para hacerse limpias y baños de florecimiento, como parte de un ritual que mantenía desde que se inició en los negocios, pues de esa manera decía que se cuidaba de la envidia y los malos deseos de la gente.
- Esto debe ser un error Mery; creo que hoy no es un buen día para ti – habló Ulises tratando de encontrar una explicación al infortunio mostrado por los naipes – nunca antes las cartas se mostraron tan negativas, porqué debían hacerlo ahora… 
- No lo sé, pero es lo que muestran y creo que deberías tomar en cuenta lo que te digo. Aléjate de esa mujer, que va a terminar por arruinarte la vida…



sábado, 19 de noviembre de 2011

Peregrinaciones mundanas

He dejado los recuerdos
asándose junto a un remolino
de palabras ansiosas por vivir,
dejé también mis tenazas,
la bilis removida por
el cordero ausente;
me entrego a la ciudad
y sus ventrículos enfermos;
coqueteo con las niñas
que ofrecen sus sonrisas
en un plan de feria;
más allá la muerte
fumándose un puchito
en una esquina,
sus manos tibias
el hambre en sus ojos
que me persiguen,
pero es temprano aún
para hablar con ella..
Busco en los postes pegoteados
la mejor oferta del día;
de pronto una puta en su palacio
lanza la típica pregunta,
yo voy de prisa persiguiendo
el suspiro de la poesía
para incendiar mis palabras…
¡Fuego! ¡Fuego! desde las gargantas
de los cocodrilos,
es hora de fingir que el dolor de las cucarachas
es también mi dolor.
es momento de comprar un chicle
y endulzar el tufo del alma.
En las vidrieras de la ciudad  
soy un peón de la noche mal retratado.
el coronel derrotado en mil batallas…
Aquí viene la muerte a seducirme de nuevo
cargando en la espalda
su costal lleno de zopilotes.
La tomo del hombro
y no es tan fiero su aliento
Volvemos juntos por
el camino endiablado de la vida
mientras el día enciende
su foco interminable…

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Excepto por el color naranja de tus manos


Excepto por el color naranja de tus manos
todo en ti tenía humor de golondrinas negras,
tus fuegos,
esas brasas en las que se recalienta
el pan de la mañana
cerraban las persianas del día
para abstraer las hojas secas
y dejar correr un río almidonado
con sueños.
Éramos dos mundos perdidos
buscando encontrarse en un terraplén
para hundir sus querencias.
La urgencia del reloj dominando
al cien pies que correteaba
para alcanzarte en una esquina.
El fango traspasado de puntillas
una y otra vez
en un recurrir constante
por alcanzar la gloria de Afrodita.
Qué le ha pasado ahora a tu voz
que se oye tan lejana en la garganta
del viento.


martes, 15 de noviembre de 2011

Ahora todo es tuyo...


Ahora todo es tuyo:
los tallos fermentados
en el aguacero de diciembre
el longevo reloj
que sacude su polvo siempre a las seis,
los juguetes rotos,
la luna pestañeando
en su dormitar cíclico
un hollín que se irriga
en todas las direcciones.
Todo es tuyo,
tómalo entre tus manos
y vuelve a forjar el barro.

domingo, 13 de noviembre de 2011

Juanito

Cuando te vi sonreír supe que no eras
un espantapájaros crucificado en esta ciudad dentuda.
Tenías esa mueca triste con la que el mundo
disfraza su dolor eterno.
Corriste con la garganta apretada
para no asfixiarte en el aliento oscuro del mar.
Tu cajita de dulces hablo por ti,
seguro porque tu lengua se la comieron los ratones.
¿Por qué te ignoran en la calle los estetas
y los límpidos se espantan con tus ojitos puercos?
¡Si eres carne de algún barrio olvidado por Dios!
Juanito. Juanito. Balbucea.
Su voz abre una grieta en el universo
y ese nombre: JUANITO
se empoza en el aire como el clamor
hiriente de un fantasma
condenado al cautiverio de su propia sombra.
Cuántos kilómetros de tierra
adelgazan esos mugrosos llanques
que te llevan hasta el corazón mismo del dolor.
Quizás no hemos aprendido a mirar aún
lo que hay en el lomo de Dios,
Somos fantasmas también
cohabitando en las penumbras
de la misma cloaca.
Camina Juanito, piérdete en
el silencio brutal de los hombres
que no escuchan el tic – tac
doloroso de tu corazón.

EL OCASO DE LA TRISTEZA (Octavo Capítulo)

  VIII “Porque  no es nuestra pelea solamente contra hombres de carne y sangre: sino contra los príncipes, y potestades, contra los adali...