lunes, 3 de mayo de 2010

HISTORIA DE UN AMOR


En medio de un verano te encontré
¿o fuiste tú la que me encontró?
Sabe siempre Dios ser tan exacto
con el tiempo para cruzar miradas
y encaminar destinos.
¿Recuerdas la primera vez que
estuvimos frente a frente?
Traías en los labios la delgada sonrisa
de una muñeca
mientras que yo soportaba en los ojos
la tristeza de un juguete roto.

EL OCASO DE LA TRISTEZA (Octavo Capítulo)

  VIII “Porque  no es nuestra pelea solamente contra hombres de carne y sangre: sino contra los príncipes, y potestades, contra los adali...