martes, 17 de noviembre de 2009

JUNTOS (De Encuentros Clandestinos)

No existe otra verdad tan pura en mis labios,
como este terco te quiero
que se escapa de los cuarteles de mi corazón
y finge ser un rayo de luz para iluminar tu mundo gris…
Cómo haré para que tu mano busque mi mano
cada madrugada;
para oírte decir en medio del flagelo de los días:
Ven, te necesito.
De qué manera te hago creer en este milagro
si el amor fue para ti una pesada cruz…
Volver a sonreír recostado
sobre tu tibio vientre: ese es mi anhelo.
Ser felices acunando el fruto del amor,
extrañarnos alguna tarde y reclamarle al
día que no tarde tanto para volvernos a encontrar,
remediar de pronto la tristeza con un beso,
vivir, crecer y envejecer juntos.
Siempre juntos…

2 comentarios:

EL OCASO DE LA TRISTEZA (Octavo Capítulo)

  VIII “Porque  no es nuestra pelea solamente contra hombres de carne y sangre: sino contra los príncipes, y potestades, contra los adali...