a cortejar mis linos
con tu guante seductor;
aparta de mí tu dulce calvario
y que corran tus sonrisas
lejos de mi corazón.
No vengas a sembrar tu pasto
a la luz del rocío;no despiertes las ansias
de mis brazos asfixiados
en el cruel olvido.
No quiero que vengas
aunque persista en míuna extrañeza de tu mano
y sobreviva en el invierno
la longevidad del deseo.
No, no vengas tú
que te haces llamar amor..